martes, 27 de septiembre de 2011

¿Por qué no los cargamos de cara al mundo?

Un bebe cargado de cara al mundo parece mas un gatito colgando por la piel del cuello, un collar que deseamos que todos vean o una tortuga boca arriba que se agita sin parar, esta lejos de ser un bebe humano sereno en contacto con la persona que lo lleva.

En esta postura es imposible asegurar un buen sostén de la columna (que en el mejor de los casos se comprime y en el peor se curva indebidamente); es imposible colocar al bebe en posición de ranita para un desarrollo óptimo de la cadera.

Es imposible que el bebe se acurruque en el cuerpo de su portador en caso de necesidad, el bebe sufre los estímulos y puede desarrollar un comportamiento hiperactivo. La carencia de contacto visual le provoca tensión y llora al no poder comunicar sus emociones.

A caballo en una mochila todo el peso de su cuerpo recae sobre sus genitales y puede causar pinzamientos o entumecimientos de la zona. Al inclinarse el bebe automáticamente hacia adelante, esta posición ocasiona el arqueo de la columna, tensión en los hombros y la espalda, y sobrecarga en el periné en el cuerpo del portador.

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